La piscina es muy bonita. El desayuno es buenísimo con zumos frescos, fruta fresca y yogures. Todos son serviciales. La ubicación es lo suficientemente cerca del centro de la ciudad y del centro.

Las camas eran cómodas, y había una caja fuerte, una zona de comedor y una zona de estar en la habitación. Vistas al patio, y servicios realmente buenos. Y es que estábamos en un lugar ideal relativamente cerca del Fontaine Chrob Ou Chouf.

Aunque, al principio me decepcione por haber cogido este hotel, debido a la calle donde estaba y por la falta de luz de la misma, por todo lo demas, un trato excelente, por parte del personal, y del propietario. Si quereis lujo no vayais, pero si lo que quereis es un buen trato y amabilidad, este es el lugar para estar, ademas esta ubicado dentro de lo que es la ciudad de Marrakech en todo su ambiente.

solo la calle en la que esta, por estrecha y mas todavia por la falta de luz en la noche, y al principio impacta.

Habitación impecable y ordenada con baño privado. El personal superamable 😊. La ubicación perfecta, a solo unos pasos de todos los lugares que queríamos visitar.

El personal era amable y me dieron información sobre el lugar, como si yo no supiera qué es Marrakech. La terraza era agradable, especialmente para comer, siempre fresco y calmado allí arriba. Además, no olvidemos la piscina para niños, muy importante en una ciudad desértica como esta.

Me encantó estar en un riad situado en la zona histórica, pero no tanto el olor de la habitación en la planta baja. ¿Será que el perfume árabe no es mi estilo?

El trato y amabilidad de Fahd y la sensación de estar en mi propia casa del pueblo (pero con ambiente de Marruecos..). La habitación daba a un patio practicamente de uso exclusivo con escaleras de subida a la azotea. Muy pintoresco. En nuestra habitación nada de ruidos.

Se puede mejorar el aspecto de los suelos y paredes, también con alguna mejora de la decoración.

Las habitaciones están bien decoradas y son prácticas, con un buen diseño y cuentan con baño y terraza, además el desayuno es genial con fruta fresca, yogures y zumos frescos.

Las habitaciones con una terraza, un baño. Ubicación de primera con aparcamiento cerca.

La atención recibida por sus propietarios y por el personal.

En la calle donde se ubica hay casas derruidas que sirven de vertederos de basura. Las farolas de la calle están destrozadas y no hay nada de luz por la noche, por lo que resulta tenebrosa a partir del anochecer.

Quedar en el hotel es como quedar en la casa de amigos, es quedar con amigos. Todos muy suaves, discretos pero siempre atentos. Y la casa tiene una gracia unica.

Mi estancia en este riad fue una experiencia increíble. Desde el momento en que llegué, el personal fue increíblemente amable y servicial. Las habitaciones eran mucho mejor de lo que esperaba, con calefacción y todas las comodidades que puedas necesitar. Los desayunos en la azotea eran deliciosos y abundantes. La ubicación era perfecta, en una zona tranquila pero de fácil acceso. Todo el lugar estaba lleno de encanto auténtico marroquí, desde la hermosa terraza hasta el original hall de entrada. No puedo esperar a volver.

La amabilidad de Rashid, que se preocupó de veras cuando me puse enfermo y que hizo todo lo posible para que me recuperara. Todas las bebidas sin alcohol son gratuitas. La habitación que da a la magnífica terraza está muy bien.

El taxista que nos recogió en el aeropuerto por haber reservado más de 3 noches no nos llevó hasta la puerta del riad y tuvimos que pagar a un hombre con un carrito (pensando que trabajaba en el riad). Tampoco me gustó la actitud de Robert (el propietario) ante mi enfermedad y el taxi que nos facilitó, costándonos 10 € un trayecto que no debe de costar más de 4 €.

El trato del personal , y el riad es precioso

Me encantó la habitación y la cama era muy cómoda; todos fueron increíblemente amables durante mi estadía de 4 noches, me sentí como en casa.

la amabilidad de la jente y el silencio que tiene muy bien en reglas generales

que durante las cuatro noches que estubimos no cambiaron las toallas y nos secabamos con las mismas